It Follows... "It's slow but it isn't dumb"

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Filmmaker David Robert Mitchell brings us “It Follows”, a 2 million dollar budget indie horror film. Like the great horror films, this one trascends its genre and deserves a place alongside “The Conjuring” (James Wan, 2013) and “Babadook” (Jennifer Kent, 2014) as one of the best films that have given us the chills in the last few years. Whilst James Wan latest horror effort is the effective and pragmatic, it goes way beyond cheap scares and employs great visual and narrative ideas, on a different note Jennifer Kents’ film explores the idea of the creature as a metaphor of madness and fear.

Without giving away too much, “It Follows” is a film that deals with problems of adolescence. Grown ups don’t belong in their worlds… they do exist but the director chooses to show them out of frame or hidden behind elements of the scene, at a far end, facing away from the lens, etc. The point of view is that of the main character, a female virgin adolescent. The fact that she’s a virgin makes her safe, until she has intercourse with another character and starts to have visions of a creature walking slowly towards her. The shape-shifting creature which reminds us of those of “The Invasion of the Body Snatchers” (1956/1978) or John Carpanters’ “The Thing” (1982). It is told apart from the rest of humans because it will walk slowly towards the cursed or infected person. It doesn’t talk, it doesn’t run or swim, it just walks, but it won’t stop. The only way to get rid of it is to pass it on having sex with somebody else, and hope for the next person to do the same.  

“It” is a terrifying metaphor of STD’s, making the conception of the creature not just a far-fetched blood thirsty monster. It is based on a real terror, like films based on the terror of a pregnancy going wrong (Rosemary’s Baby), of nightmares that don’t end when we wake up (Nightmare on Elm Street). In the film we are discussing it isn’t only about the transmission of these diseases, but rather an intentional transmission of the disease, which is even more terrifying. Through poetry mentioned by characters in the film, the decisions we make in order to sabe our selves are also the ones that condemn our souls and leave us with no possible redemption.

This milieu created for the film is timeless, as there is a mesh of 60’s and 70’s type cars, old black and white televisions as well as ebooks and cell pones, so it’s a mesh of different eras. The outstanding retro soundtrack is also a highlight and extremely effective.

Music and sound are outstanding, as are the visuals, where the director has found a great narrative and atmospheric use of zoom. The camera is fixed to the tripod most of the film, it pans and tracks the characters, shot from afar and slowly zooming in, giving the audience an uneasy sensation, like that of the creature, which will approach slowly. The perfectly symmetrical wide shots of a random person walking towards the character (in POV) are great additions to the collection of images to haunt us forever. 

 

 

IT FOLLOWS... "es lenta pero no es tonta"

 

El cineasta David Robert Mitchell nos trae It Follows, una película de terror indie rodada con un presupuesto de dos millones de dólares. Como las grande películas de terror, esta trasciende su género y merece ser mencionada junto a las recientes Expediente Warren (James Wan, 2013) o Babadook (Jennifer Kent, 2014). La película de James Wan es una cinta de terror efectiva y pragmática, pero va más allá de los sustos fáciles y emplea buenas ideas visuales y narrativas, mientras que la película de Jennifer Kent explora la idea de la criatura como una metáfora de la locura o el miedo.

Intentando no destriparla demasiado, It Follows es una película que trata los problemas de los adolescentes. Los adultos no pertenecen en ese mundo… existen, pero el director decide dejarlos fuera de plano o que estén escondidos detrás de elementos del decorado, de espaldas o en un lado o esquina del cuadro. El punto de vista es el de una joven virgen. Mientras mantiene su virginidad está a salvo, pero cuando mantiene relaciones sexuales con otro personaje empieza a tener visiones de una criatura que camina lentamente hacia ella. El ser puede cambiar de forma, como aquellos de La invasión de los ultracuerpos (1956/1978) o los de La cosa (1982) de John Carpenter. El ser se diferencia del resto de los humanos porque camina lentamente hacia la persona infectada o maldita. No habla, no corre y no nada: sólo anda, pero no se detiene. La única forma de librarse de ella es pasándole la maldición a otra persona manteniendo relaciones sexuales con ella, y esperar que esta haga lo mismo.

Se trata de una clara metáfora de las enfermedades de transmisión sexual, lo cual significa que no se trata de una criatura alejada de nuestro mundo, puesto que se basa en temores primitivos y reales, como se ha hecho con cintas basadas en el miedo de una madre a que el parto salga mal (La semilla del Diablo) o a que nuestras pesadillas no acaben cuando despertemos (Pesadilla en Elm Street). La cinta que nos ocupa no se trata sólo de la transmisión de este tipo de enfermedades, sino de la transmisión voluntaria, lo cual es aún más aterrador. A través de lecturas y poesía citados por personajes de la película, las decisiones que podemos llegar a tomar para salvarnos pueden ser las que condenen nuestra alma y nos dejan sin redención posible.

El mundo que crean para la película es atemporal, con una mezcla de elementos de los 60 ó 70 –coches y televisiones- además de otros como teléfonos móviles o ebooks. La banda sonora de estilo retro es también estupenda y muy efectiva.

La música y el sonido destacan, pero también la imagen, donde el director encuentra un gran uso narrativo y atmosférico del zoom. La cámara transmite quietud, casi siempre anclada a trípode, panea y sigue a los personajes, muchas veces desde lejos para hacer un zoom in progresivo y lento hacia ellos, creando un ambiente inquietante que imita la idea de la criatura que lentamente se acerca. La simetría en esos planos generales en los que alguien se acerca al personaje (planos subjetivos) se suman a esa galería de imágenes que nos atormentarán para siempre.